Con la llegada del kirchnerismo al gobierno desde el 2003 hasta aproximadamente el año 2011 la economía argentina crece a "tasas chinas" alrededor del 8% anual. Aumentan los los salarios a través de las paritarias anuales. Se amplía el consumo y el mercado interno. Se crean alrededor de 5 millones de puestos de trabajo pasando la desocupación del 25% al 7%. Se crean 300mil empresas nuevas. Se reduce la indigencia y la pobreza del 25 %y 60% al 4% y 18 % respectivamente.
Todo
esto según los liberales ortodoxos gracias al "viento de cola" de la
exportación de comodities, especialmente la soja.
En
parte este argumento contiene algo de verdad pero no hubiera sido suficiente sin un
kirchnerismo que enfrenta a las clásicas políticas de ajuste del FMI ( en los
comienzos del kirchnerimo le exigía actualizar las tarifas de los servicios
público y moderar aumentos salariales, además de pagar puntualmente la deuda en
default).
Además
la gestión K realiza una renegociación de la deuda externa
histórica con una quita aproximada del 70%.
Se enfrenta al poder financiero con la
nacionalización de la AFJP de donde se captan recursos importantes.
Se
rechaza el AlCA , conjuntamente con otros países hermanos latinoamericanos, que
era el proyecto imperial de EEUU para copar su patio “ trasero” .
En
el terreno social se universaliza la gestión de la política pública como la conocida
"asignación universal por hijo", la incorporación de millones de
trabajadores/as y amas de casas que no tuvieron la posibilidad de realizar sus
aportes jubilatorios durante su período laboral activo, para sumar posteriormente el “Progresar” en los jóvenes.
Sin
embargo desde el 2011 hasta hoy aparecido un viejo problema de la economía
Argentina y también latinoamericana que tiene que ver con la denominada "restricción
externa". Este se explica en parte por la permanecía de una industria
internacionalizada, concentrada, altamente deficitaria en la balanza comercial.
Se
trata de una estructura de armaduría o ensamblaje – especialmente sector
automotriz, electrónica- donde los insumos y componentes son en un 70% importado.
Esta requiere de divisas que en estos
años han sido provistos por la divisas del extractivismo sojero. Pero hoy el precio de la soja ha disminuido,
sumado al pago cahs de los bonos de la deuda externa con reservas del Banco Central, más la fuga de capitales, ( el demonizado cepo cambiario se aplica
para limitar esta hemorragia financiera) se han reducido las reservas de 52 mil
millones de dólares a los actuales 27mil millones actuales.
Además,
hay que decirlo, las clases medias agudizan esta dependencia tectológica a partir
de un estilo de consumo occidentalizado. Por lo que paradójicamente los
incrementos salariales que las ha beneficiado estos años provocan una
disminución no poco significativa de divisas del Banco Central, más allá de la
compra de dólares en forma directa por ventanilla, legal o ilegal.
En el año 2014 con el comando de la economía de Axel Kicillov , el oficialismo ha intentado terminar de normalizar las relaciones con la
comunidad financiera para poder acceder
al flujo de los dólares frescos que permitan relanzar el ciclo de consumo y
crecimiento (y lograr de este modo un techo más alto de la balanza de pagos);
de allí la maratón de acuerdos finalmente
alcanzados con el Ciadi, Repsol, Chevron, el Club de París, que tuvo como dato no menor en términos de soberanía,
la ausencia del Fondo Monetario Internacional con sus conocidas recetas. Sin
embargo esta estrategia conciliadora del gobierno nacional se topa con un
fuerte obstáculo a partir el conflicto desatado con los denominados fondos
buitres (y sus representante legal norteamericano
el juez Griesa) quienes, a diferencia
del 92% de los acreedores, exigen la totalidad del pago.
Este problema de restricción externa ante el
obstáculo “buitre” fue provisoriamente solucionado con el swap chino
equivalente a 11.000 millones de dólares que incluye inversión directa en
infraestructura.
Daniel Scioli en el caso probable que asuma la primera magistratura a partir de diciembre sostiene en varios pasajes de sus discurso “que la relativa falta de divisas” se iría solucionando a partir de aplicar su concepción desarrollista de la economía.
Esta incluiría darle valor agregado a las
exportaciones o que lo se denomina industrializar la ruralidad y seguir profundizando la sustitución de importaciones que inició el kirchnerismo.
El problema que para acelerar este proceso
hace falta cuantiosos recursos, lo que implicaría afectar sectores rentísticos financieros
y extractivistas de la economía, a-partir de radicalizar la orientación confrontativa,
iniciada por el kirchnerismo. No parece, por perfil político e ideológico ser
el camino que vaya a seguir el ex motonauta.
El otro camino que Scioli le otorga
fundamental importancia, si se descarta una devaluación que conserve y aumente
los niveles de divisas a costa de pulverizar los salarios, es apostar a la
inversión extrajera masiva.
Esto
es sabido no es la panacea en términos estructurales.
En el corto plazo parece solucionar el
problema de la falta de divisas, pero la remisión de utilidades de las empresas
a sus casa centrales termina agudizando el problema (además de la concentración
y extranjerización de aparato productivo), salvo que se aplique una estricta
regulación en la repatriación de sus ganancias, y sabemos que la palabra regulación
para el capital internacional traducido a su lenguaje implica “inseguridad jurídica”.
Por último, otra de las pistas que han
dejado los asesores económicos sciolistas
para intentar moderar la restricción externa es mostrar una mayor disposición de “arreglo” con
los buitres, para bajar la tasa de interés y conseguir financiamiento
“liquido”.
Aun sin reparar los perjuicios que traería
un arreglo que los privilegie sobre los 92 por ciento de los bonitas que
ingresaron con quita a sendas
convocatorias de acreedores en los años 2005 y 2210, el camino del endeudamiento
ya es conocido por todos nosotros después de la experiencia de los ‘90.
Se recorta soberanía estatal y en un
comienzo parece solucionarse la “restricción externa” mediante la llegada de
capitales golondrinas, pero las
exigencias son cada vez mayores en términos económicos y sociales para
garantizar su permanencia. Hacen pingues
negocios cortoplacistas se fugan y te
dejan …te dejan el desastre.
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