La situación política es preocupante, la
ultraderecha tiene grandes posibilidades de acceder al gobierno en Argentina.
¿Las explicaciones de este tsunami derechista extremo?
¿Las explicaciones de este tsunami derechista extremo?
Se han ensayado respuestas varias: que las
estrategias electorales del oficialismo han sido erradas, como la ausencia de un
candidato del “palo” y la elección a
dedo de Scioli – un candidato con
lenguaje y cultura política más parecido al PRO de Mauricio Macri -, que nunca
terminó de entusiasmar a la militancia kirchnerista y que incluso se lo
maltrató hasta hace unas semanas previas
a la oficialización de su candidatura, hasta la elección como candidato
a gobernador de la provincia de Bs As de un candidato como Anibal Fernandez, desgastado y demonizado por los medios masivos de comunicación, pasando por la elección de un "vice", Sabatella, considerado un enemigo histórico de intendentes
pejotistas del conurbano que no sumó, sino todo lo contrario, entre otras.
Estos argumentos que cargan en las culpas propias en
la elites oficialistas pueden tener un viso de veracidad, no menor, es cierto, pero
tampoco debemos menospreciar las “virtudes” de la estrategia macrista. El equipo rival también
juega. Y vaya si jugó.
Este espacio entiende que en la política moderna, atravesada
fuertemente por los valores y las percepciones de los medios masivos de
comunicación, existe un amplio espectro de opinión pública “independiente” en el “medio”, entre las clases
medias- altas y altas propensos a votar espacios políticos de
derecha, y clases medias progres y sectores
populares quienes a priori tienen fidelidad con el universo kirchnerista-peronista.
A este
electorado “independiente” se dirigió la
“batalla cultural” macrista .
Las máximas figuras políticas del PRO Mauricio Macri,
Gabriela Michetti y Maria Eugenia Vidal apelan
a un discurso sentimentalista pastoral posmoderno, mezclado con elementos tecnocráticos orientados a enfocar problemas puntuales que agobian a la población
como la “inflación” o la “inseguridad” que el kirchnerimo no ha podido solucionar, al tiempo que toma
como propios los logros sociales del gobierno y la cultura social peronista prometiendo otorgarle eficiencia a la gestión.
En este sentido el gran elector de la reciente
presidencial ha sido, sin duda, el asesor ecuatoriano de Cambiemos, Duran Barba. Se lo tiene
bien ganado al contrato.
Sin embargo lo más llamativo, lo que debe ser un
llamado de atención es que sectores
populares que a priori serian una fija del Frente por la Victoria se hayan
volcado al Macrismo.
Quizás, segmentos no menores de las clases populares
se hayan tentado por un cambio, porque si bien en términos económicos mejoraron su situación, vía crecimiento
del empleo y la universalidad de las políticas sociales, aún padecen alto grado
de trabajo informal y fuerte déficit habitacional. Son dos aspectos
estructurales que la actual gestión no ha podido solucionar.
Pero dar soluciones genuinas a estos déficit, (como ya se ha enunciado en otros
escritos) no se hacen con moneditas.
Son necesarios frondosos recursos para profundizar
la industrialización y la sustitución de importaciones que generen trabajo
genuino. Son indispensables cuantiosos recursos que se orienten a aliviar a las pymes
que se les complica blanquear su personal. Son necesarios frondosos recursos que se destinen a
un plan maestro y masivo de viviendas. Y
para esto se necesita afectar grandes intereses económicos con capacidad de chantaje, destituyentes de la gobernabilidad.
Al respecto no debemos ser injustos con el gobierno.
Una muestra de intentos de captar rentas extraordinarias del agro- negocio sojero
la dio durante el conflicto con la oligarquía agraria en el 2008, en el cual salió derrotado. Ese fue el límite que estaban dispuestos los sectores
dominantes a otorgarle al gobierno nacional en materia redistributiva y la
sociedad lo aceptó.
Si bien es cierto que en estos años hubo logros importantes
en materia política social, económica y cultural con una orientación claramente
transformadora y progresista, visto estos problemas estructurales más la alta inflación
y el desgaste de un gobierno que lleva
12 años en la gestión, les resulta insuficiente a vastos sectores de la sociedad
que tal vez en otras elecciones se vieron interpelados por Frente por la Victoria pero hoy han probado
con otras alternativas electorales.
Igualmente nada está perdido.
Dada la volatilidad de vastos espacios del
electorado, el pánico que genera Macri en segmentos significativos de la sociedad, el debate de los dos contrincantes que han superado el balotaje puede ayudar a
transparentar las opciones diferenciadas
que se juega hoy la sociedad. O se intenta profundizar el camino del trabajo y
la producción y la integración latinoamericana o se regresa a un modelo de acumulación
financiera de ajuste y a los “mimos” del Tio Sam .
Para después de las elecciones, quedará la discusión sobre cuestiones estructurales como la dependencia tecnológica del capitalismo periférico,
la restricción externa, el extractivismo, que no se han ausentado de este blog.
Pero hoy la prioridad es otra.
Scioli tiene la oportunidad de ratificar lo
bueno que se ha hecho, alertar sobre el suicidio colectivo (sin temor a exagerar, se dijo bien
suicidio colectivo) que puede implicar un neoliberalismo puro como el que
propone el PRO al tiempo se que produce una re-efervescencia en la militancia por
dentro y fuera del gobierno que redobla el esfuerzo en la concientización de la
sociedad.
Latino américa nos mira.
Latino américa nos mira.
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