Dichosos días en la derecha, en cierta izquierda y
en los hegemonizados de la década en horas con espíritus destituyentes.
Debilidad del gobierno popular. Poderes fácticos logran acaparar excedentes con
mecanismos devaluatorios. Sectores oligopólicos exageran sus efectos a los
precios, deterioro de la vida cotidiana. A falta de golpe de estado militar
clásico al que apelaba la clase dominante en el siglo XX, regresan a la memoria
colectiva los denominados “golpes de
mercado” más contemporáneos.
No se conforman las elites económicas con las fortunas
amasadas durante su “década ganada”, desprecian continuar la convivencia con la “grasa” popular. Van por el reinado directo
del Estado.
Burguesías concentradas, elites de la globalización
volátil con espíritus rentistas montados a la fuga y a la especulación
financiera, bicicleteando entre divisas paralelas logran pingues ganancias. Grandes
exportadores no disimulan su avaricia de clase, parásitos, rapiñeros que ocultan
liquidaciones especulando con acaparar mayores porciones excedentarios.
El conglomerado mediático agudiza su acoso denso y permanente. A tiempo completo con sus bocas de estiércol. Sus
predicadores del odio apelan a economistas platónicos, pronosticadores apocalípticos,
foguean escenarios catastróficos y
exageran horizontes de ingobernabilidad, de caos, de vacío de poder.
Porciones hegemonizadas de la sociedad
siguen sus líneas, se tragan comunicaciones facilistas, trivializadas. Dolarizados
mentales, sus almas precarias
atravesadas por sentimientos
ambiguos entre la dicha que les provoca
la debilidad del populismo y la preocupación por sus pertenencias si el sistema
se desbanda.
Gremialistas conservadores y resentidos se frotan
las manos. Y ciertas izquierdas arqueológicas reflejan su coherencia abstracta y dogmática. Posan
como siempre erráticas, haciendo el juego a sus
enemigos, donde sus ensueños
finalistas los desorientan en el diagnóstico de las tensiones concretas (En fin, buenos muchachos o con buenas
intenciones, pero fuera de la historia o mal ubicados en la misma. ¡Una lástima!).
Opositores partidarios naturalizan el rol de títeres del establishment.
Acusan al gobierno de todos los males,
conscientes, quizás, en sus fueros íntimos de que se incrementan en
forma exponencial las posibilidades de
acceder a la gestión frente a un hipotético fracaso del kirchnerimos de
controlar las principales coordenadas de la gobernabilidad. En un marco de relativa
estabilidad económica y social el
capital político de las facciones partidarias opositoras disminuye hasta
la insignificancia.
Ansiedad y nerviosismo en los sectores populares por los traslados de
precios, por los incrementos de los bienes. Acentuada preocupación en los asalariaros, sindicalistas,
intelectuales, artistas, movimientos sociales, clases media-progre, y
empresarios internos identificados con
el “proyecto” por la ofensiva del gran capital.Vigilias plurales del campo
popular en alerta esperando como mínima,
en el horizonte, que al gobierno “la cosa” no se le desmadre. O aspirando, en
sus fracciones de militancia activa politizadas, radicalizadas, que el
kirchnerismo redoble la apuesta desde la
debilidad rescatando experiencias y
memorias estatizadoras recientes.
Clima destituyente alegaba Carta Abierta durante
los días de ofensiva agropower durante el 2008. Estos días está el tufillo de
ese espíritu, figuras espectrales reaparecen de esas agitadas jornadas. No se
hallan en las rutas, utilizan estrategias más finas, más sutiles. Tras la ofensiva devaluatoria de las clases
dominantes, el gobierno -que se encuentra en uno de sus momentos más arduos- intenta dar muestra de cierto control del
timón esperando que el nuevo dólar competitivo oriente a los actores económicos
hacia actitudes racionales como liquidación normal de exportaciones o caída del dólar “negro-blue” al nuevo precio alto del dolar
oficial abierto. Esa es la esperanza gubernamental al tiempo que pueda mitigar
o matizar el traslado a los precios en la economía interna para intentar recuperar desde una performance
de menor vulnerabilidad el manejo de las variables económicas centrales. Esta
es la primera estrategia de tinte conciliador asumida desde las alturas del
gobierno al tiempo que ensaya sus conocidos discursos contestatarios. En las
próximas semanas se verá si esta táctica en la gestión alcanza, ante
exportadoras voraces que incrementan el chantaje
y la erosión sobre la administración nacionaL. Si esto no sucede, deberá apelar a las influencias
nacionalizadoras y progresistas del movimiento en una reinvención constante del
kirchnerismo, recuperando el talente y la épica igualadora y democrática. Haciendo
de la necesidad, virtud.
muy cierto la misiva , una triste realidad de esta Argentina en el ocsaso de enero y principio de febrero del 2014 , coincido en algunas aristas planteadas por usted y en otras diciento pero no deja el profesor de marcar una realidad lamentable con la realidad económica y el papel de algunos sectores de la élite economica y política de nuestro querido pais.
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