miércoles, 15 de mayo de 2013

El 18A Y LA CORRUPCIÓN




Un arma central a la que acuden los medios hegemónicos con el objetivo de horadar los gobiernos populares en América Latina es el tema de la corrupción.
Nuestro país no es la excepción. Las clases dominantes desde el multimedios Clarín consiguen hegemonizar a sectores importantes de la población con el discurso hipócrita moralista anti-corrupción, sabiendo que la violación a la ética pública afecta sensibilidades profundas del hombre  de la calle.

En el 18A,  pero también en manifestaciones precedentes tipo 8N, unas de las críticas medulares al kirchnerismo son los repudios al gobierno por presuntos actos de corrupción reflejados en una estética de investigación periodística cargados de elementos superficiales, frívolos y reduccionistas.

Sin duda  que resulta irritable los actos delictivos de los gobiernos no importa cual fuere la identidad partidarias o signo ideológico de los mismos, pero  tales si existieron deben definirse en la justicia y no a través de escraches y fusilamientos mediáticos impregnados de cinismo.
Cinismo que se refleja en el dedo acusador de un  multimedios, que sin obviar sus negociados, está manchado con  sangre. Sangre  producto  de la convivencia y complicidad con  la más tenebrosa dictadura militar.
  
Desde cuándo los encubridores de negociados y asesinatos tienen autoridad moral o estatura ética para criticar las posibles irregularidades de una gestión. Es peor el acusador que el acusado. A las clases dominantes, a diferencia de las personas de  “a pie” no les interesa de modo genuino las  posibles corruptelas del gobierno, sino que les viene “joya” el tema para canalizar descontento social frente a una gestión que ha afectado sus intereses y privilegios. Importantes sectores de la población lo saben, obviamente no estaban en el 18A ni el 8N.

Esto no excluye, sino todo lo contario,  la necesidad de un periodismo  genuino capaz de controlar a los poderes no sólo políticos sino también económicos y simbólicos. La nueva Ley de medios espera.
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