lunes, 13 de mayo de 2013

APROPOSITO DEL “CACEROLEO” ANTI-K, DISCUTAMOS EN SU PROPIO TERRENO: INSEGURIDAD, INFLACION y RESTRICCION A LAS IMPORTACIONES, (EL 8N).(2012)

Visto el “caceroleo” en esta semana en los principales centros urbanos, cabe compartir las siguientes impresiones.

 
1) A importantes segmentos de estas manifestaciones los moviliza un evidente sentimiento de odio, resentimiento y prejuicios hacia el actual gobierno. Esto se puede ver reflejado en algunas de sus consignas: “El que no salta es negro y K”, “fuera la Diktadura” , “Te olvidaste de Cristina, Nestor” , entre otras.

 
2) La sensación que nos atraviesa a muchos que simpatizamos con el kirchnerismo es que sus quejas y demandas, (algunas dotadas de cierta racionalidad, otras más bien son barrabasadas que no resisten ningún análisis) en realidad no constituyen sino escusas para oponerse al gobierno. Es decir, que ciertos problemas que tiene la actual gestión, como por ejemplo la inseguridad o inflación, si no existieran igual este “caceroleo” urbano estaría presente. Lo guía un cumulo de sentimientos negativos hacia la figura presidencial de CFK más que la búsqueda de soluciones a los problemas concretos.

 
3) Sin embargo, para ser justos y no caer en generalizaciones arbitrarias, no todos quienes se oponen o no votan al actual gobierno están atravesados o movilizados por las oscuras impresiones hacia el mismo. Hay ciudadanos que de modo genuino se movilizan planteando demandas al ejecutivo que consideran no son correctamente satisfechas.

 
4) Quienes apoyamos el actual proceso, originado en el 2003, resaltamos la agenda progresista y transformadora de Nestor y Cristina, pero también esta bueno, resulta enriquecedor que debatamos aquellas problemáticas que resaltan parte de la ciudadanía opositora, problemáticas que no solo afectan o preocupan a “extraños” sino también a “propios".

 

 INSEGURIDAD.

 
 Lo primero que hay que aclarar que Argentina junto con Canadá son los países más seguros o menos inseguros en materia de delitos según estudios de organismos internacionales dependientes de Naciones Unidas. Una segunda cuestión sobre la que habría que echar luz es que en el país esta inseguridad en manos de “desconocidos” se ubica 4to detrás de los accidentes viales, homicidios familiares o de género y suicidios respectivamente. Que el problema existe. Existe. Pero esta información que modera el problema se oculta en el circo mediático.

 
La inseguridad es una cuestión compleja y de difícil solución, vinculada a causas sociales, económicas y culturales. La implementación del neoliberalismo generó aumentos crecientes de la pobreza, la marginalidad y la exclusión conjuntamente con una cultura del “paro” que condujo a importantes sectores de la sociedad a la anomia de las drogas el alcoholismo y la ilegalidad. Sin embargo, en los dorados ‘90 no se observó ningún “ caceroleo” de las clases medias antes los planes neoliberales que dejaban a sectores populares excluidos a merced del narcotráfico y la delincuencia.

 
Actualmente, aunque no es la panacea, la implementación de la asignación por hijo constituye una política social preventiva, además de otros efectos positivos, para que los niños y adolecentes estén incorporados al sistema escolar y no se transformen en presa fácil del delito organizado.

 

 

LAS RESTRICCIONES A LAS IMPORTACIONES.

 
Todos los países regulan su comercio exterior y buscan proteger sus economías de los excesos de los bienes extranjeros. No es menos verídico que las medidas del gobierno fueron tomadas de modo brusco y en ciertos sectores de la economía trajo aparejado perjuicios como la falta de ciertos insumos o bienes de capital básicos. Peeeero, más allá de los casos puntuales, aun reconociendo la importancia de los mismos, el gobierno se impone como obligación gestionar para el conjunto de la sociedad argentina. En este sentido el superávit de la balanza comercial se estaba reduciendo a pasos agigantados, es decir el saldo comercial entre las exportaciones y las importaciones. Ante esta situación el gobierno tenía a mano tras grandes soluciones macroeconómicas:

 
1) Acudir al endeudamiento, que a juicio del K se descarta por los perjuicios que conlleva esto en términos de soberanía al momento de determinar las políticas públicas (exigencias de ajuste, recortes, etc.).

 
2) Implementar una devaluación de la moneda, que también es desechada, por la fuerte reducción de los ingresos de los asalariados en beneficio de los sectores exportadores que esta medida acarrearía.

 
3) Y la finalmente implementada restricción a las importaciones que, si bien es cierto afecta a determinados rubros dependientes de bienes del exterior, tiene como efecto positivo en el mediano plazo sustituir importaciones desde empresas locales y la consiguiente generación de empleo nacional.

 

INFLACION

 
Empecemos respondiendo a este problema con un interrogante: ¿Quién genera los aumentos de precios el gobierno K o los privados? Para los “caceroleros” el responsable de la inflación es el gobierno nacional. Para los que apoyamos el actual proceso los grandes responsables son los privados, específicamente sectores monopólicos u oligopólicos de las cadenas comerciales y la inflación importada por los precios elevados de nuestros comodities. Los “caceroleros” contra-argumentan que durante el menemismo no eran significativos los aumentos en los precios de los productos. Pues bien entonces, Cristina tendría a mano las soluciones para este “flagelo”: reducir el gasto público, congelar salarios y jubilaciones, dejar caer el tipo de cambio (tipo 1 a 1), abrirnos al mundo y a las importaciones de todo por $2. Total!. No importa que se desindustrialice el país y que reventemos el aparato productivo dejando a miles de compatriotas desocupados en la calle.

 
Una de las posibles soluciones alternativas para este problema que plantea el gobierno son los aumentos de las denominadas retenciones al agro en tren de desencajar los precios externos de los internos. Por ejemplo si la tonelada de trigo se encuentra en 100 dolares en valores internacionales en el mercado interno la pagamos al mismo precio, pero si actúa el Estado mediante retenciones de un 20% reducimos a 80 dólares la tonelada para consumo local. Si aumentamos aun mas este impuesto a las exportaciones en un 30% pagaríamos 70 dólares en la economía local y así sucesivamente iríamos reduciendo los precios del trigo. Insumo básico de muchos alimentos de nuestra dieta.
Otra alternativa que podría tomar la gestión actual es la regulación de los valores de los alquileres en las propiedades que tiene consecuencias directas en los aumentos de los precios.
Surge la pregunta si esta clase media “cacerolera” apoyaría al gobierno de instrumentar estas medidas con mayor vigor para paliar la inflación que “ tanto les preocupa”. Pregunta ingenua si la hay.

 

 

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