miércoles, 14 de agosto de 2013

CUATRO SINTOMAS DE LAS PASOS





1)      El kirchnerismo a pesar de salir un tanto machuco sigue siendo la principal fuerza política a nivel nacional con una distancia considerable respecto demás fuerzas políticas. Los analistas de los medios dominantes se han apresurado a decretar la muerte del kirchnerismo. No tomaron lección  del año 2009  cuando el gobierno también había sufrido un descenso importante de su caudal electoral durante las legislativas pero dos años después arrasó en las presidenciales. Remarquemos, en la nebulosa desinformativa, el gobierno nacional ganó las elecciones en estas Pasos por una distancia mayor a 10 puntos con respecto a la segunda fuerza.

  

2)      La preeminencia del voto “golondrina”, volátil y desideologizado  atravesado por las olas  del océano  mediático en las que van surfeando los liderazgos políticos. Así, figuras como Eliza Carrió y Francisco De Narváez sufren bruscas oscilaciones en sus caudales electorales dependiendo de los humores y circunstancias de la atmosfera comunicacional.

 

3)       El kirchnerismo no resulta ajeno a los efectos de ésta atmosfera comunicacional. Si bien el kirchnerismo ha implicado una experiencia re-politizadora  de porciones significativas de la sociedad, sobre todo en sus segmentos más jóvenes, igualmente la cultura política etérea y voluble, herencia del neoliberalismo,  prevalece aún en la mayoría de la sociedad argentina. Por lo visto, en las PASO la denominada “batalla cultural” encarada por el gobierno encuentra límites evidentes. En este sentido la  aplicación de la nueva Ley de medios audiovisuales podría implicar el comienzo  de un camino contra-hegemónico de formación política que apunte a una  mayor densidad ciudadana.

 

4)      La preponderancia de los caudillos provinciales y regionales. De la Sota en Córdoba, Binner en Santa Fe, Cobos en Mendoza o los imbatibles Saa en San Luis. La figura de Massa en Buenos Aires con ensalzados antecedentes en gestión municipal  reflejan el peso de las localías en las elecciones  legislativas. Los medios, como era previsible, se han encargado de ubicar en tiempos presidenciables a “Massita” por su éxito electoral en la provincia más populosa del país. Sin embargo, en esta Argentina electoralmente variable, voluble e imprevisible dos años son una eternidad.  


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